La Atención es una de las capacidades cognitivas existentes en el ser humano. Nos sirve para tomar conciencia de los sucesos o estímulos que ocurren a nuestro alrededor. Esto permite que la información sea elaborada y codificada en nuestra memoria y así podamos acceder a ella posteriormente.
Esta capacidad nos posibilita el poder seleccionar la información relevante, ya sea externa o interna, estableciendo prioridades y permitiendo así organizar nuestra conducta.
Nuestra capacidad atencional es limitada, por lo que es complicado atender a varios estímulos a la vez, más aún cuando dichos estímulos son difíciles o novedosos, en cuyo caso, deberemos centrar nuestra atención con mayor exclusividad en los mismos.
Además, puede ser voluntaria (requiere esfuerzo consciente), e involuntaria o automatizada (en estos casos podemos sufrir el efecto del exceso de confianza, al realizar este tipo de tareas, pudiendo presentar fallos por no dedicar suficiente atención a las mismas).
Por último, factores como el cansancio, problemas personales, ansiedad, enfermedades, etc., pueden afectar al funcionamiento de la atención en gran medida.
Tipos de atención
Los diferentes tipos son :
- Arousal: Se refiere al nivel de activación de una persona, varía en estados de sueño, excitación, etc.
- Focalizada: Capacidad para centrar nuestra atención en un estímulo concreto.
- Sostenida: En este caso se trata de mantener nuestra atención durante un largo periodo de tiempo.
- Selectiva: Capacidad para centrar nuestra atención en un estímulo, ignorando otros estímulos presentes en nuestro entorno, requiriendo un control superior.
- Alternante: Este tipo de atención consiste cambiar nuestra foco atencional de un estímulo a otro según sea necesario y de forma controlada.
- Dividida: Es la capacidad para atender a dos estímulos de forma simultánea (lo cual es muy complicado y puede llevar a errores).
¿Pero, podemos mejorarla?
Pon en práctica estos consejos:
- Elimina los distractores: Es importante que en tu lugar de trabajo o estudio no existan muchos estímulos que puedan distraerte. Apaga tu teléfono móvil o ponlo en modo avión.
- Realiza descansos periódicos: Es imposible estar concentrado en la misma tarea durante muchas horas seguidas, por lo que es necesario realizar pausas, para poder desconectar de la actividad y posteriormente aumentar el rendimiento y la concentración.
- Cambia de tarea: Cuando prestamos atención a una misma tarea o al mismo estímulo por un tiempo prolongado, nos aburrimos y el rendimiento baja.
- Focaliza tu atención: Céntrate en una tarea y no realices varias a la vez.
- Cuídate: Duerme bien y descansa el tiempo suficiente, haz ejercicios físico y de relajación para eliminar el estrés. Te ayudará a estar más concentrado.
- Entrena tus capacidades cognitivas: Realiza tareas de entrenamiento. Puedes encontrar algunas de estas actividades en nuestras publicaciones disponibles en nuestra Biblioteca y Tienda.
Si a pesar de estos consejos, notas que tu atención se está deteriorando de forma significativa, consulta con un profesional.